Antes de comenzar a lavarte la cara, utiliza la cavidad más pequeña para coger la cantidad de polvo limpiador que necesites. Viértelo en la palma de tu mano y añade unas gotas de agua para crear la espuma jabonosa.
Si vas a utilizarlo para la mascarilla, añade la cantidad necesaria en la cavidad más grande y, de nuevo, deja caer unas gotas de agua, aceite o hidrolato para realizar la mezcla.
Después de su uso enjuagar con agua o utilizar jabón si se considera necesario.