Barrera Cutánea: Cuidando y Protegiendo tu Piel

Tiempo de lectura: 8 minutos


La piel es el órgano que recubre nuestro cuerpo, por lo que cuidando de la barrera cutánea, protegiendo y fortaleciendo tu piel, estás asegurando que pueda cumplir con todas sus funciones. En este artículo vamos a explorar cómo mantener este escudo dérmico.

Funciones de la piel

La piel tiene funciones muy importantes para el cuerpo humano:

Vamos a ver de forma más amplia su función como barrera epidérmica.

¿Qué es la barrera protectora de la piel?

Se considera barrera epidérmica o función barrera a un conjunto de células, sustancias químicas y microorganismos que, juntos, forman la capa defensiva de la piel o escudo dérmico. En algunas ocasiones en el podcast hemos hecho el símil entre la epidermis y una pared de ladrillos (las células) unidos por cemento y después enlucida por fuera (el resto de los componentes) para que entendamos mejor cómo es la última capa protectora de la piel.

Entre las células implicadas en la barrera protectora de la piel están los corneocitos, los queratinocitos y células inmunitarias. Entre las sustancias químicas se encuentra el factor de hidratación natural (FHN) y otros componentes como los lípidos cementantes como las famosas ceramidas. Y si hablamos de los microorganismos, ellos componen la conocida como dermobiota, la microbiota cutánea, donde encontramos tanto bacterias, como hongos, virus o ácaros.

Cuando la barrera epidérmica está alterada aumenta la deshidratación y la piel se vuelve más sensible a los agentes externos. Por ello es tan importante mantenerla en buen estado.

Cómo la cosmética natural nos puede ayudar a proteger la barrera cutánea

Una vez que sabemos los componentes de la barrera protectora de la piel el camino a seguir es mantener esta barrera o reforzarla si se ha estropeado. Para mantener la barrera una de las primeras estrategias que podemos abordar es evitar agredirla. Para ello evitaremos el uso de limpiadores agresivos priorizando aquellos que tengan en su composición una mezcla de tensioactivos equilibrada para evitar la irritación e ingredientes que compensan la acción detergente.

Si lo que queremos es reforzar, no sólo mantener, podemos recurrir a productos cosméticos que contengan ingredientes propios del factor de hidratación natural o de los lípidos cementantes. La cosmética natural nos puede ayudar mediante el uso de aceites vegetales o ingredientes obtenidos a partir de ellos, ricos en fitoesteroles y ácidos grasos similares a los que se encuentran en la piel.

Mantenimiento diario para una barrera cutánea resiliente

Para el mantenimiento diario de la barrera cutánea tenemos que ser los más respetuosos posible con su integridad y, si algún cosmético o ingrediente, pueden afectar a su estado hacer un refuerzo posterior.

Limpiar con suavidad

El primer paso de la rutina de cuidado es la limpieza de la piel. A menudo este paso es el que debilita más la barrera cutánea porque puede arrastrar parte del componente químico de la barrera, la capa más externa (si recordamos el símil de la pared, sería el enlucido). Con la limpieza se retira la suciedad pero también se pueden retirar lípidos y otras sustancias importantes para una barrera fuerte.

Podemos conseguir una limpieza facial respetuosa usando limpiadores respetuosos con la capa protectora de la piel. Por ejemplo, en nuestro polvo limpiador hay una mezcla equilibrada entre el tensioactivo Sodium Cocoyl Isethionate que es más detergente con el Sodium Cocoyl Glycinate que es más suave. El resto de los componentes ayudan a la limpieza de la piel también desde un mecanismo de acción respetuoso con la barrera cutánea, minimizando el arrastre de lípidos u otros componentes fundamentales del escudo dérmico.

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Hidratar regularmente

Además de respetar la integridad de la barrera, podemos reforzarla. Para ello recurriremos a productos emolientes e hidratantes que, como veíamos antes, podemos encontrar fácilmente entre los cosméticos naturales y de origen natural.

Si seguimos los pasos de la rutina de cuidado facial, después del limpiador podemos usar un producto (ya sea un sérum, un aceite o una crema) que contenga sustancias emolientes y humectantes. Buscaremos en el listado de ingredientes aceites vegetales como el almendras o argán, que actúan como emolientes, y otros como la glicerina, el aloe vera, o el extracto de malva, que actúan como hidratantes humectantes.

En general, obtendremos un resultado mejor con los productos que contienen dos fases (como sérums y cremas en forma de emulsión) ya que aquí podremos encontrar tanto los ingredientes emolientes como los hidratantes humectantes.

Proteger del sol

La exposición excesiva de la piel al sol también podría debilitar la barrera cutánea. Si bien la luz es necesaria para la síntesis de vitamina D, que veíamos al inicio del artículo que forma parte de la función endocrina de la piel, una exposición al sol descontrolada tiene repercusiones graves sobre el estado de nuestra piel.

Aunque hay parte del daño solar que no vemos hasta que ha pasado un tiempo, sí que podemos ver los efectos de una exposición al sol excesiva cuando aparece enrojecimiento o incluso ardor que pueden conducir a una quemadura solar. La radiación ultravioleta tiene efectos más profundos, como aquellos que ocurren sobre el material genético de las células, pero también puede alterar el estado de las células promoviendo que se creen células nuevas para reemplazar a las dañadas.

En definitiva, la protección del sol es una acción ampliamente reconocida como una estrategia fundamental para mantener en buen estado la salud de la piel. Desde Oriri defendemos la protección solar integral que incluye: el uso de fotoprotectores, evitar exponerse en las horas de mayor incidencia del sol, usar ropa, sombreros y gafas que nos protejan físicamente e incluso el uso de fotoprotectores orales que ayuden a los mecanismos de defensa natural de nuestra piel.

Nutre la barrera cutánea desde el interior

En la línea de un concepto de cuidado de la piel integral, no hay que descuidar la alimentación. Debemos mantenernos bien hidratados y tomar una dieta rica en vitaminas y ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Todo ello también tendrá repercusiones en el estado de la barrera epidérmica.

Como ejemplos de vitaminas, estarían las vitaminas del grupo B, la vitamina C y la vitamina E, que podemos incluir en la dieta de manera sencilla. Algunos alimentos que podríamos tener en cuenta son los cereales integrales, para las vitaminas del grupo B, los cítricos, para la vitamina C o el aceite de oliva virgen extra, para la vitamina E. Otra manera fácil de añadir vitaminas y antioxidantes a nuestra dieta es recurrir al truco de tener platos coloridos. El color de las frutas y las verduras está condicionado por sustancias antioxidantes como los carotenos presentes en las zanahorias o los antocianos presentes en los arándanos.

Tener una dieta rica en ácidos grasos también es fundamental para la integridad de la barrera cutánea, incluso se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de enfermedades de la piel relacionadas con la función barrera. Encontramos un alto contenido en ácidos grasos esenciales en el pescado azul, en frutos secos como las nueces o en semillas como las semillas de lino.

Con este artículo ya no quedan dudas de cómo proteger y fortalecer tu piel cuidando la barrera cutánea. ¡Déjanos un comentario y cuéntanos qué te ha parecido!

Escrito por María José Gea, co-fundadora de Oriri.

Fotografías:
Carolina Heza en Unsplash
María José Gea
Holly Booth en Unsplash


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