En la búsqueda de la eterna juventud y la luminosidad de la piel, la humanidad ha explorado una variedad de métodos a lo largo de los siglos. Desde rituales antiguos de belleza natural hasta las últimas innovaciones en cosmética, el cuidado de la piel ha sido una parte integral de numerosas culturas y épocas.
En este artículo, exploraremos la fusión armoniosa entre la belleza contemporánea y la tradicional, destacando cómo las prácticas de cuidado de la piel arraigadas en la historia siguen siendo relevantes en el mundo moderno. Pero también nos adentraremos en el cuidado tradicional en el entorno rural, para ver cómo han cambiado las cosas en lo que se refiere a cuidado de la piel.
Belleza ancestral: el vínculo con la naturaleza
En los rituales de belleza naturales ancestrales se hace uso de los ingredientes que estaban al alcance de la mano. Los ingredientes que proporcionaba la naturaleza, desde plantas a minerales, se transformaban mínimamente para ser puestos sobre la piel. El objetivo a veces era la búsqueda de la belleza, que es tendencia natural del ser humano. Pero también en otras ocasiones estos productos que se ponían sobre la piel se usaban a modo de complemento o medio para rituales holísticos.
Otra particularidad, que ha llegado hasta nuestros tiempos y que ahora resurge más que nunca son las técnicas manuales. A falta de otras técnicas más avanzadas, se usaba el masaje tanto corporal como manual como otra herramienta más de cuidado de la piel.
En los pueblos prehistóricos, la cosmética no sólo tenía un objetivo enfocado en la salud o la belleza, sino también una finalidad simbólica o mágica. Esto sobre todo se evidencia con el uso de minerales como elemento decorativo para la piel. Se usaban desde arcillas con diferentes colores hasta plantas o las propias cenizas de las plantas. Algunos colorantes vegetales como la alheña o henna todavía se utilizan en algunas culturas.
Entre los ingredientes de origen natural que se usaban entonces y que todavía se usan en la formulación de cosméticos encontramos aceites vegetales como el aceite de almendra o el aceite de ricino. Otros ingredientes como la miel, algunas ceras o también las arcillas se encontraban antes y ahora en nuestros rituales de belleza natural.
Belleza natural en el entorno rural
Te invito a trasladarte ahora a mediados del sigo XX, a una zona rural del sur de la península. Aquí es dónde nos llevan las historias que nos cuenta la gente mayor del pueblo. Y esto es lo que nos dicen de cómo se cuidaban la piel en aquella época. Las rutinas cosméticas eran muy simples porque los recursos eran limitados. Todo se ceñía a lo básico: la higiene y limpieza de la piel. En algunas ocasiones se recurría a productos adicionales a base de aceites vegetales, ceras y aceites esenciales. Pero no eran productos de consumo, sino que lo hacían en casa o era algún conocido el que lo hacía.
Lo básico: la limpieza de la piel
En aquel tiempo no había agua corriente en las casas, por lo que la gente se reunía en las acequias o en el río para lavarse y refrescarse. Prácticamente hasta los años 60 de ese siglo no llegó al pueblo el agua corriente como tal. Podéis imaginar lo incómodo que sería en invierno, con temperaturas cercanas a los cero grados. Sin embargo, con la llegada del verano, disfrutaban de los baños en el río. Esto les aportaban la higiene que necesitaban, pero también era un momento de cuidado integral, ya que les servía también de alivio y disfrute.
Para limpiar la piel usaban jabón que hacían ellos mismos, por el método tradicional de saponificación de aceites. Este jabón era multifunción, ya que lo usaban para la limpieza de la piel de todo el cuerpo, pero también para el pelo. Nos cuentan que para acondicionar el pelo después de lavarlo con este jabón usaban vinagre. Así se reducía el encrespamiento que producía un producto tan alcalino como el jabón y el pelo se les quedaba más suave y brillante.
Una vez tuvieron agua corriente en las casas, no siempre había grifos como los que tenemos ahora. Tenían depósitos de agua desde los que se sacaba la cantidad necesaria para el momento. Cuando volvían de la jornada trabajando en el campo o en las cooperativas agrícolas, se quitaban el polvo y la suciedad con un lavado básico. En muchas casas se usaban barreños de zinc para el agua y cazos para poder echarla por todo el cuerpo. ¿Te imaginas coger almendras o estar trabajando en una almendrera y luego no poder ducharte como lo hacemos ahora?
Mascarillas de arcilla: un remedio antiguo para la piel
En el mundo del cuidado de la piel, las mascarillas de arcilla han sido durante mucho tiempo un elemento básico en los rituales de belleza tradicionales. Estas poderosas mezclas de arcilla y otros ingredientes naturales ofrecen una amplia gama de beneficios para la piel, desde la limpieza profunda hasta la purificación y la mejora de la textura. Sin duda, un gran ejemplo de belleza natural.
Si se aplican ejerciendo un masaje con ellas, también hacer una acción de microexfoliación. Esto ayuda también a retirar suciedad y células muertas de la piel. Una curiosidad si investigamos en los remedios naturales de otros tiempos es que antes de conocer el jabón, embadurnaban el cuerpo con aceite y lo cubrían con una fina capa de arena. Después lo retiraban y se realizaban un baño en agua.
Las arcillas como ingrediente contemporáneo
Sin lugar a dudas, las arcillas han formado una parte básica para los rituales de belleza ancestral que han llegado a nuestro tiempo. El poder de las mascarillas de arcilla radica en su capacidad para purificar y revitalizar la piel de una manera que es a la vez suave y efectiva. La arcilla, que viene en diferentes variedades como arcilla verde, arcilla blanca y arcilla de bentonita, tiene propiedades absorbentes que ayudan a eliminar las impurezas y el exceso de grasa de la piel.
Ahora el uso de arcillas está también muy presente. Se usan incluso como ingrediente único de algunas mascarillas. Pero también en combinación con otros ingredientes para potenciar su acción como limpiadores de la piel. Es el caso de las arcillas blanca (caolín) y amarilla (Illita) en el polvo limpiador de Oriri.
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Tratamiento de belleza natural tradicional y contemporáneo
Como vemos, algunas de las cosas que se usan hace cientos o miles de años han llegado a nuestros días. Sobre todo, si nos centramos en la cosmética natural, que hace uso de los recursos de la naturaleza y se basa en conocimientos o usos tradicionales de las plantas. Ahora, con el avance tecnológico, se usan muchos ingredientes de origen natural obtenido procesos más sostenibles y minimizando la presión sobre los recursos naturales. Pero si nos fijamos en lo que se usaban en aquellos tiempos que hablamos (hace cientos o miles de años) y ahora, vemos que algunos ingredientes siguen presentes. Algunos de ellos en los productos de tratamiento facial, pero muchos otros en productos de cuidado corporal.
Los aceites vegetales
Estos ingredientes eran muy utilizados tanto solos como en mezclas. Se usaban como base para mantener la piel en buen estado. En las mezclas con otros ingredientes como las ceras se conseguían texturas de viscosidad variable como bálsamos o ungüentos.
También eran muy utilizados como base para la elaboración de macerados de plantas. La maceración es una técnica sencilla, que permite extraer propiedades de las plantas sin necesidad de técnicas sofisticadas. Es cuestión de tiempo y una correcta manipulación, que los activos fitoquímicos de la planta solubles en aceite pasen a éste. Los macerados no sólo tenían un objetivo como tratamiento natural. Se usaban también como mezclas perfumadas si lo que se maceraba tenía un componente aromático. Como es el caso de los macerados de flores o hierbas aromáticas.
Los exfoliantes naturales
El cuidado de la piel contemporáneo a menudo se centra en la renovación celular y la eliminación de células muertas para revelar una piel radiante y suave. En otros tiempos ya se usaban recursos a la mano como tierras, azúcar o sal marina. También se usaban partes de plantas, semillas o incluso cáscaras molidas como agentes exfoliantes.
Actualmente se ha sofisticado un poco más el uso de este tipo de ingredientes. Se focaliza en minimizar el daño de la piel. Por eso se estudia muy bien la granulometría, el tamaño de partícula y la forma de ésta. Todo con el objetivo de usar un agente exfoliante eficaz pero no excesivamente abrasivo o que incluso pueda producir microcortes en la piel.
En conclusión, la belleza contemporánea y tradicional se encuentran en armonía en el cuidado de la piel, donde los tratamientos naturales y los remedios ancestrales continúan desempeñando un papel importante. Cuando revisamos los ingredientes y técnicas del cuidado tradicional y los remedios naturales, honramos la sabiduría de nuestros ancestros mientras cultivamos una belleza que perdura a lo largo del tiempo.
Escrito por María José Gea, fundadora de Oriri.
Fotografías:
Danie Franco en Unsplash
María José Gea
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